lunes, 4 de febrero de 2008

INCUBUS




Las últimas películas de Jess Franco, las que correponden al siglo XXI, constituyen una etapa de madurez y plenitud en la que confluyen elementos simbólicos, surrealistas y de edición digital.


Se pueden considerar de esta etapa: Helter Skelter (2000), Vampire Junction(2001), Incubus(2002) y Snakewoman(2005). Estas películas se tendran que estudiar siguiendo distintos parámetros, y redescubriendo el universo simbólico de Jess.

Efectivamente, el Jess Franco del siglo XXI es una versión destilada del diabólico director que nos bombardeó con sus producciones hace treinta años. Las nuevas películas editadas en video digital nos alucinan con propuestas surrealistas, con unas histórias que no responden a un guión previo, al contrario, los personajes se mueven por los impulsos más primitivos polarizados por Eros y Thánatos, sexo y sangre con algunas gotitas de horror lo que constituye un cóctel dantesco que nos embriaga con su ardor cósmico.



Las fantasias filmadas por Franco mezclan los vampiros con los fantasmas, apareciendo y desapareciendo en la pantalla, desarrollando rocambolescas acrobacias nudistas que sacuden nuestra paz interior.


En Vampiro Junction, por ejemplo, durante una tempestad de lluvia Lina Romay llega a una vieja ciudad del oeste para entrevistar al Dr Spencer. En la escena que se desarrolla en el cuarto aparecen una serie de visiones de vampiros que la atacan durante el sueño. Todo el proceso onírico conlleva las claves de una especie de oscuro ritual que apenas nos atrevemos a entender.


Cuando se despierta no puede escapar de la ciudad y suceden unos extraños asesinatos. finalmente descubre que ella es el blanco de un vampiro loco que quiere iniciarla.


Una de las escenas más memorables es la visión de dos mujeres desnudas que se frotan una sobre la otra una escena realmente larga, intensa del sexo. Sexos que previamente se han afeitado en una increíble acción poética que nos deja inquietos por sus profundo significado simbólico.

Otra de las películas de esta época és Incubus. La película es realmente espeluznate, con los delicados tintes surrealistas que impregnan las últimas obras de Jess, y la escena final de 20 minutos, en que la Suma Sacerdotiza viola brutalmente a la doncella en sacrificio.



Es especialmente inquietante el consolador en forma de monstruo que utiliza para este rito de magia sexual. Siempre he pensado que en las películas de Jess Franco se esconden terribles secretos de órdenes ocultas, en este caso creo reconocer un rito de grado XI de la Orden Secreta de la Goleen Dawn.

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