El desnudo femenino como pulsión
voluptuosa nace de una emoción más estética que erótica.
Director: Jess Franco
Año: 1977
País: Suiza
Guión: Erwin C. Dietrich, Jesús
Franco
Las Diosas
Vicky Adams (Muriel Montosé) ...
Inès
Ada Tauler ... Susan
Karine Gambier ... Olga
Los otros dioses ¿?
Jack Taylor
... Jack Haus
Vítor Mendes
... Dr. Barri
Una interesante simbiosis la de Jess y Dietrich que
firmaban sus guiones como Manfred Gregor en porcentajes variables y con la productora Elite
Films hasta 15 películas, a destacar la cosecha del 1977 donde aparecen joyas
tan rubias como: ‘Aberraciones Sexuales
de una Rubia Caliente’ y ‘Frauen sür Zellenblock 9’, que se debaten entre el Soft
y el WIP con Karine Gambier en lujurioso sudor, neumático y ninfomático, entre
rejas y apretones de un Software informático.
En ‘Las Diosas del Porno’ la trama se resume con
Susan, que llega a Haití para vivir con su esposo y cónsul británico Jack, y es
recibida por Inés, una extraña lesbiana que es de ama de llaves y ama del vudú
en su isla. También sale Olga, una rubia lesbiana (otra? Sí, el cine de Jess
tiende al lesbianismo tanto dentro como fuera de la jaula, hasta 99 lesbianas
en un título) malhablada, supuesta hermana de Jack, liada con Jack, tocando los
pechos de Susan y los power de Jack. Susan está preocupada por sufrir extrañas
pesadillas donde participa en delirantes ceremonias vudú que culminan en
extraños asesinatos. Lo que parecía una pesadilla la pilla por sorpresa y deviene
un evento de espías hasta un final
carnicero como tal.
Ada Tauler es la novia inocente sometida al vudú, Karine Gambier es la ninfómana hermana buscando sexo desesperadamente y Vicky Adams es la secretaria del marido que ejerce de diosa o sacerdotisa, atiza, de los ritos vudú. Las tres a pecho descubierto mostrando sus encantos hasta el fondo entre tambores de las azores.
Ada Tauler es la novia inocente sometida al vudú, Karine Gambier es la ninfómana hermana buscando sexo desesperadamente y Vicky Adams es la secretaria del marido que ejerce de diosa o sacerdotisa, atiza, de los ritos vudú. Las tres a pecho descubierto mostrando sus encantos hasta el fondo entre tambores de las azores.
Aquí tenemos a las tres reinas del porno. Las diosas del Porno ????? que NO, no es porno, pero quién se escapa a
tan atrevido título? Las tres mozas valen su peso en
OrO (o una misa en París), pero OjO, el título es engañoso y concupiscente
disfuncional sin sentido. Sin duda sus títulos Originales como ‘Voodoo Pasión’ o ‘Der Ruf der blonden Göttin’ (La llamada de la diosa rubia)
responden más a la realidad de la cinta. Pero si estrenamos la película en
España 1977 la clasificación ‘S’ obliga a poner unos determinados títulos, como
por ejemplo: ‘Atraco a Sexo Armado’, ‘Orinioco Paraíso del Sexo’, ‘Porno
Situación Límite’, ‘Orgía de Ninfómanas’…. En aquellos tiempos un título era
todo un poema de intenciones que aSSeguraba la asistencia del público en busca de
‘Carne Fresca’…. y extensa filmografía de Jess.
Como suele pasar en la filmografía franquiana, la trama se reclama y años
más tarde se reproduce la acción en ‘Mil Sexos tiene la Noche’ (1984) donde la
protagonista es Lina Romay como La Gran Irina, que realiza con enorme éxito un
número de telepatía en una sala de fiestas, y es llevada a la depravación y ser
asesina por su novio Fabián mediante la Hipnosis. En este caso en lugar de vudú
es obligada por hipnosis, a bien entender que el Macguffin depende del tiempo y
el lugar.
Los minutos iniciales de la cinta son toda una declaración de intenciones
que seguramente dejaron estupefactos a los espectadores que desconocían el
trabajo de Jess. Tambores vudú repicando mientras en la playa nativos danzan
desnudas mientras se ríen a la cámara
pensando: qué estamos haciendo aquí ???? Recordemos que en tiempos de censura
perversa el mero sonido de los tambores era motivo de prohibición por las
perversiones que sugerían tan impactantes ritmos.
Y no pueden faltar desnudas desde todos los ángulos y gran angular
resaltando las partes, desnudas y
desnudos todos poseídos por los espíritus del vudú, religión o profanación de
intenciones que se explica vagamente y da fe de esos misterios que favorecen la
intriga de la acción. También aparece y desaparece el típico muñeco vudú lleno
de agujas que es la forma más eficaz de martirizar y llegar a matar, marcando
los tiempos de la acción en el guion.
Tampoco le demos mucha importancia al guion, porque Jess y Erwin lo tenían
claro, entretener al público, y qué quiere el público… gente desnuda, bailando
también, asesinatos y espías, pongamos a tres reinas del porno (que NO es porno,
por una vez que escribo sobre algo decente vaya título!!!) y a rodar y rodar y
rodar.
La película, como todas las de aquél memorable 1977, se cataloga como serie
Z sin ánimo de lucro (estético se entiende). Rubias calientes, mujeres en un
campo de concentración, torturas, rapes sin música y humillaciones varias evitando el vestido y actuado con dos trapos
y un vicio. En este sentido aplaudo su cine de barrio para un público fácil que
sólo quiere mirar relajado la carne en ‘skin crawl’.