domingo, 21 de julio de 2013

Las Diosas del Porno




 
El desnudo femenino como pulsión voluptuosa nace de una emoción más estética que erótica.

 

Director: Jess Franco

Año: 1977

País: Suiza

 

Guión: Erwin C. Dietrich, Jesús Franco


 

Las Diosas

Vicky Adams (Muriel Montosé)  ...  Inès

 Ada Tauler   ...  Susan

 Karine Gambier   ...  Olga

Los otros dioses ¿?

Jack Taylor   ...  Jack Haus

Vítor Mendes   ...  Dr. Barri

Comentarios

Desde Suiza con nata y café, damos fe que esta película es una magnífica representante a lo peor (o mejor Z) de la etapa de colaboración de Jess Franco con el productor suizo Erwin  C. Dietrich entre los años 1975 a 1977.


Una interesante simbiosis la de Jess y Dietrich que firmaban sus guiones como Manfred Gregor  en porcentajes variables y con la productora Elite Films hasta 15 películas, a destacar la cosecha del 1977 donde aparecen joyas tan rubias como:  ‘Aberraciones Sexuales de una Rubia Caliente’ y ‘Frauen sür Zellenblock 9’, que se debaten entre el Soft y el WIP con Karine Gambier en lujurioso sudor, neumático y ninfomático, entre rejas y apretones de un Software informático.

En ‘Las Diosas del Porno’ la trama se resume con Susan, que llega a Haití para vivir con su esposo y cónsul británico Jack, y es recibida por Inés, una extraña lesbiana que es de ama de llaves y ama del vudú en su isla. También sale Olga, una rubia lesbiana (otra? Sí, el cine de Jess tiende al lesbianismo tanto dentro como fuera de la jaula, hasta 99 lesbianas en un título) malhablada, supuesta hermana de Jack, liada con Jack, tocando los pechos de Susan y los power de Jack. Susan está preocupada por sufrir extrañas pesadillas donde participa en delirantes ceremonias vudú que culminan en extraños asesinatos. Lo que parecía una pesadilla la pilla por sorpresa y deviene  un evento de espías hasta un final carnicero como tal.

Ada Tauler es la novia inocente sometida al vudú, Karine Gambier es la ninfómana hermana  buscando sexo desesperadamente y Vicky Adams es la secretaria del marido que ejerce de diosa o sacerdotisa, atiza, de los ritos vudú. Las tres a pecho descubierto mostrando sus encantos hasta el fondo entre tambores de las azores.

Aquí tenemos a las tres reinas del porno. Las diosas del Porno ?????  que NO, no es porno, pero quién se escapa a tan atrevido título?  Las tres mozas valen su peso en OrO (o una misa en París), pero OjO, el título es engañoso y concupiscente disfuncional sin sentido. Sin duda sus  títulos Originales como ‘Voodoo Pasión’ o ‘Der Ruf der blonden Göttin’ (La llamada de la diosa rubia) responden más a la realidad de la cinta. Pero si estrenamos la película en España 1977 la clasificación ‘S’ obliga a poner unos determinados títulos, como por ejemplo: ‘Atraco a Sexo Armado’, ‘Orinioco Paraíso del Sexo’, ‘Porno Situación Límite’, ‘Orgía de Ninfómanas’…. En aquellos tiempos un título era todo un poema de intenciones que aSSeguraba la asistencia del público en busca de ‘Carne Fresca’…. y extensa filmografía de Jess.

Como suele pasar en la filmografía franquiana, la trama se reclama y años más tarde se reproduce la acción en ‘Mil Sexos tiene la Noche’ (1984) donde la protagonista es Lina Romay como La Gran Irina, que realiza con enorme éxito un número de telepatía en una sala de fiestas, y es llevada a la depravación y ser asesina por su novio Fabián mediante la Hipnosis. En este caso en lugar de vudú es obligada por hipnosis, a bien entender que el Macguffin depende del tiempo y el lugar.
Los minutos iniciales de la cinta son toda una declaración de intenciones que seguramente dejaron estupefactos a los espectadores que desconocían el trabajo de Jess. Tambores vudú repicando mientras en la playa nativos danzan desnudas mientras se  ríen a la cámara pensando: qué estamos haciendo aquí ???? Recordemos que en tiempos de censura perversa el mero sonido de los tambores era motivo de prohibición por las perversiones que sugerían tan impactantes ritmos.
Y no pueden faltar desnudas desde todos los ángulos y gran angular resaltando las partes,  desnudas y desnudos todos poseídos por los espíritus del vudú, religión o profanación de intenciones que se explica vagamente y da fe de esos misterios que favorecen la intriga de la acción. También aparece y desaparece el típico muñeco vudú lleno de agujas que es la forma más eficaz de martirizar y llegar a matar, marcando los tiempos de la acción en el guion.
Tampoco le demos mucha importancia al guion, porque Jess y Erwin lo tenían claro, entretener al público, y qué quiere el público… gente desnuda, bailando también, asesinatos y espías, pongamos a tres reinas del porno (que NO es porno, por una vez que escribo sobre algo decente vaya título!!!) y a rodar y rodar y rodar.
La película, como todas las de aquél memorable 1977, se cataloga como serie Z sin ánimo de lucro (estético se entiende). Rubias calientes, mujeres en un campo de concentración, torturas, rapes sin música y humillaciones varias  evitando el vestido y actuado con dos trapos y un vicio. En este sentido aplaudo su cine de barrio para un público fácil que sólo quiere mirar relajado la carne en ‘skin crawl’.
 
 
 

martes, 9 de julio de 2013

Joe Rock Superstar




‘Així  és com m’agradaria que comencés la meva historia.’

Director: Shaum Costello

Año: 1973

País: USA

Guión: Shaum Costello



Reparto


Shaun Costello  …. guitarra
Jamie Gillis …. batería
Valerie Marron …. groupie
Tina Russell …. Novia de Cock o Rock
Marc Stevens … Joe Cock
UltramaX  …. Madre del SusodiXXo


Comentarios


No por insertar ‘something’ más allá de este mundo de cine parabólico, el autor Salvador ya predice en la portada de su libro una ‘cosa asombrosa’: ‘una película de acción en forma de novela’, así que veamos lo que encontramos. Y no es Supermán, ni un avión, tampoco Jesucristo (otro salvador) que sea entonces Superstar.

Es un cantante de rock (como el protagonista de la novela) llamado Joe Rock Superstar, que todos llaman Joe Cock, o sea, Pepe Pollez (hasta aquí el parecido con la novela y dejemos estar lo de Superstar), por lo que ya podemos adivinar de que van las habilidades de este individuo que cuando sube al escenario canta mientras enseña biología a  la turba que lo abuchea, no por lo fea, sino porque no se le pone tiesa, y esa es la Máxima (http://www.maxima.fm/) preocupación de la banda. Menuda banda, formada por el reconocido  director y actor porno  Shaum Costello, como guitarrista, y  el inefable Jamie Gillis (también pollactor)  de batería y tocador de bongos, un par de fuckmaster de la Edad de Oro del Cine para Adultos.

La historia se complica porque la novia cariacontecida por los problemas de Cock con su idem se emplea a fondo en sus habilidades orales (progresa adecuadamente en Francés) con el guitarrista (y director de la peli) a la vista de su novio que ya está cantando en el escenario. Todo un poema y discusiones a grito pelado con el representante sobre la desidia del miembro viril de la banda que no se aguanta.

Es  la propia madre la que se pone manos a la obra para obrar el milagro en una intervención incestuosa que aborda uno de los temas tabú más trillados de las tragedias griegas. Mira por donde un toque helénico en NY cerca del hospital, tocando (explícitamente y hasta el fondo) un tema  que sufre en los retorcidos huecos del cine ‘du cul’ como dirían los franceses. Al final los protagonistas se felicitan por romper el tabú y se sirven nuevos platos de lujuria con arroz que ni los escandinaBos vegetarianos se perderían.

La copia de la película no perdona el daño del tiempo y no duda en convertirse en una auténtica joya del ‘sleazy blast’, pero es de buen ver como deambulan los personajes cumpliendo la función. Nadie, ni el propio director, se lo toma muy en serio, todos se divierten en busca de un guion que hace bandera de la frase ‘Sexo, Drogas y Rock and roll’. Una frase nacida en el seno del movimiento hippie de los años 60 y asumida por muchas estrellas del rock para definir un modo de vida, o de no-vida, ya que muchos de ellos acabaron en el fondo para convertirse en mitos.

A destacar la escena de la actuación con música de The Doors cantada en playback por Stevens mientras se baja los pantalones a lo Morrison y el público le grita ‘Queremos Cock’.  Y la acción de Tina y Valery como groupies, que en el sentido estricto de la palabra es una persona que busca intimidad emocional y sexual con un músico o artista famoso. Aunque más que admiradoras  mejor sería llamarlas ‘Stars Fucker’ , chicas que se ‘follan’ a sus ídolos y luego lo van explicando con orgullo, hasta el punto que se guardan en su diario el preservativo usado a modo de testimonio de su ‘polvo de estrellas’.

La película describe el modus vivendi de los rock-Eros como puro exceso hedonista con sus relaciones entre felaciones y copulaciones como verbos. Y es en esta frase copulativa (¿?) que enlaza  novela y película, ya que ambas se hacen eco de los lirios que mecen la cama del protagonista como modelo a imagen y semejanza del prototipo Singer Star.

Pero NO, lo que escribe se escribe desde su faceta más heavy de rockero desenfadado fade away’ y ‘lletraferit’ comprometido con su lengua. Y éste es el punto donde más lo admiro, porque escribir en catalán no es fácil, restringe público y las posibles expectativas se dividen. Aunque afortunadamente no en este caso, porque sus novelas como nebulosas se traducen y venden y queda la satisfacción de  jugar con tu selección.

La novela explica las aventuras de un criminal de baja estofa que utiliza la Lira por estrofa cuando tiene la oportunidad de sustituir a un conocido cantante de rock fugado por bemoles. Así de pronto el Tipo (sin interés) se convierte en un ídolo de 666% TAE y las grupies (recuerden ustedes) se lanzan a sus pies y otra +, más vale tarde que le Tipitoca el pleno de  la Bonomillones y el Sueño Americano en un mismo hit de ‘hip parade’. No digas más, menos spoilers y a leer el libro que son dos días, atendiendo presto al lenguaje soez y mundano del oportunista cuando dice:

‘Les noies, tres negres impressionants, amb faldilletes curtes i pits de plàstic, me les he trobades ja dalt de l’escenari, així que no he tingut temps de cagar-me en tot i fotre quatre crits per convertir un concert de rap en una casa de barrets.’

No sé qué pensará Espriu con el tono del asunto, pero las palabras resuenan próximas y reconfortantes como la última vez que nos divertimos con aquellos amigos de toda la vida tomando una birra con lira pero sin ira en ‘la senda de los elefantes’ de Barcelona.

Pero aún hay más, porque aparece una grupie y…

‘La noia s’oblida dels preàmbuls i va directament al gra. Es fica la meva polla a la boca i comença a treballar-la amb devoció. Serà una bona historia per explicar a les seves amigues.’

Si esto no merece una peli porno que baje Dios y lo lea, o que lea el ‘Joc de Déu’ (2010) que escribió el mismo autor en la editorial Bromera, quizás por la broma de utilizar el NaBr  como condimento anti cachondeo cuando el apasionado lector ya no aguanta más.

En las películas para adultos catalanas  no se habla catalán, bueno, se gime en catalán, pero no es lo mismo. Es entonces cuando creo que falta más literatura de ‘quatre (gu) barres y un punxó’ y el protagonista de la novela llamado Scary, como lindo homenaje a la Saga Movie, consigue al final llevar al huerto del hortelano a la Sonia, lindo homenaje a la PayStation, más o menos con estas palabras:

‘Em descordo el barnús i deixo al descobert una erecció provocadora. Segur que en tota la seva vida d’estreta refinada no ha tingut una polla com aquesta….

Y hasta aquí puedo leer !!! , pero no dejar de criticar, porque el redactado por momentos se me atragantó como canto de sirena cuando yo buscaba Ítaca. Quizás por el desarrollo en presente pluscuamperfecto a remolque de un guion que no es película, quizás porque el nudo no es gordiano y hay más ciencia que ficción, por ser la primera novela y tener sus debidos defectos que con afectos he tenido la oportunidad de degustar.

       -   Hòsties, hòsties, hòsties! T’ha ferit! Mecagontot!

-          No pasa res, me’n sortiré – em diu intentant somriure-. Em sembla que no m’ha tocat la melsa.

Un gesto, una mirada, un escote… el sexo está en todo el Arte, cine y literatura. Soy e-vidente que esta novela merece una película mucho mejor que Joe Rock, merece que Ariadna que nos conduzca hasta el desenlace  a través de la aventura y las otras dimensiones asociadas a la ‘escalera de color’ que te da la vida.

A10 AX