Les Nuits brûlantes
de Linda
(La felicità nel
peccato)
Director: Jess
Franco (como James P. Johson)
Año: 1973
País:
Francia-Italia
Guion: Jess Franco
Productora: Eurociné
Cast:
Alice Arno ...
Marie-France Bertrand
Lina Romay ...
Olivia Steiner
Pierre Taylou ...
Abdul
Paul Muller ...
Paul Steiner
Catherine Lafferière ...
Fotografa ¿???
Monica Swinn ...
Lorna Steiner
Angelo Bassi
... Inspector ¿????
Richard Bigotini … Bigortiny
La historia empieza con la contratación de Marie-France
(Alice Arno) por parte de Bigotini (que haciendo honor a su nombre luce unos
evidentes bigotinis, ‘big or tiny’ según la escena) para trabajar de ‘ou pair
girl’ en la casa de Mr. Steiner que vive con sus dos hijas. La casa se
encuentra en una isla Griega, y para hacerlo más evidente suena insistentemente
de tanto en tanto el sirtaqui, y las dos hijas son Olivia, la ninfómana, que
desarrolla Lina Romay con gusto, y Linda , la inválida.
También aparece como uno de los personajes
principales el sordomudo tonto Abdul, interpretado por Pierre Taylou, haciendo
honor en su papel que otrora fuera interpretado por el mismísimo Jess Franco
como Memmet (memo vaya) en ‘Vampyros Lesbos’ (1971) hasta Víctor Olid en ‘The
alligator ladies’ (2013).
Cuando Marie-France llega a la isla se sumerge en un
mar de oscuras inquietudes sexuales, pesadillas y asesinatos no resueltos,
donde también aparece la figura de la madre Lorna que sin decir palabra,
solamente por su nombre ya sabemos que es pieza clave del conflicto, no en vano
pronto será exorcizada.
Pues parece que ya tenemos todos los elementos, una
isla y encerrados en sus tormentos frente la playa: Steiner y Lorna, Olivia y
Linda, Abdul y Mari-France. Jess Franco
es sabio en la cocción de emociones en estas condiciones. Años más tarde
insistirá en el asunto con ‘La casa de las mujeres perdidas’ (1983) o su remake
‘Muñecas Rotas’ (1999), un padre atormentado por las infidelidades de su mujer
con otro hombre, y dos hijas discapacitadas, una de ellas siempre será ninfómana,
y la tensión sexual que deriva hacia una lucha atávica de Eros y Thánatos.
Hablando de Eros, la película erótica se convierte
de pronto en pornográfica (o casi) con la inserción de escenas explícitas de
penetraciones y eyaculaciones. No sólo se trata de insertos porno, la transformación se vive como
una doble versión de forma que hay escenas repetidas muy distintas, como en el
primer encuentro, uno sosito y amable, otro en la terraza donde el cuerpo de
Lina Romay luce desnudo, ambas escenas con la copa de champán.
El duelo de cuerpos está servida, a destacar el
cuerpo de Lina Romay tomando desnuda frente el de Alice Arno, un duelo de grandes
culos a pecho descubierto que gana Alice por ‘pi-r-cuadrado’ (por superficie
vamos) mientras toman el sol espiadas por el pobre Abdul que no sabe dónde.
Con esta película asistimos a la etapa
cinematográfica de 1973-75 donde Jess juega entre el softcore y el hard con la
ayuda de estas dos impresionantes mujeres (que también comparten arte en ‘La
Comtesse Perverse’, ‘Les Gloutonnes’ y ‘Maciste’ todas de 1973) y la productora
Eurociné que explotó en aquella época este tipo de películas, y que favorecía
las diferentes versiones según el país y su permisividad para ganar más dinero.
Hacer rentable la inversión nos ha dado la
oportunidad de disfrutar de un 2x1 (como mínimo), ya que no se entiende la
historia si no visionamos las dos películas. En este caso pude visionar ‘Les
nuits brûlantes de Linda’ , en francés y con varios insertos con francés
incluido, y ‘La felicità nel Pecato’ en italiano, donde se hace un francés a un
plátano italiano.
Hablando del plátano. Si hay una escena que
caracteriza esta película, y que no solamente es parte del cártel de promoción,
es la susodicha escena del plátano. En la versión francesa aparece en la parte
que Olivia viola a su hermana discapacitada con dicha fruta, que no disfruta ya
que lanza al final un grito aterrador con algo de sangre. En la versión
italiana está Olivia comiendo el plátano, y jugando, con su lengua trata de
excitar al pobre Abdul que la mira. Sin duda me seduce más esta última versión
donde Romay juega con su lengua pero habla con sus ojos.
Esos ojos que en primerísimos planos se enfrentan de
los diferentes personajes, porque en este cine de Jess hay poco espacio para el
diálogo, prima la mirada y la mirada del otro, con una banda sonora de pena que
se reitera machaconamente porque era
barata.
De hecho llamó mi atención cuando acabé de visionar
la versión francesa, que en el reparto apareciera una fotógrafa y un inspector
que no aparecían en la película. Claro, es que aparecen en la versión italiana,
luego comprendo, y en ninguna de las dos aparece Jess, por lo que me temo hay
otras versiones que me he perdido.
Perdido como el argumento que Jess deja fluir a
partir de la lectura con que Alice Arno empieza la película. Al final resulta
que todo había sido un sueño, más que un sueño un presagio que Alice había
tenido o soñado mientras leía el libro, que como colofón aparece al fondo de la
imagen, y con un zoom se acerca para leer el título : ¿Quién violó a Linda?, y
el nombre del escritor : David J. KHUNNE .
Todo un genio. Recuerdo que de joven Jess Franco
había escrito novelitas del oeste con este pseudónimo (u otro parecido),
entonces era de esperar un cameo en su
propio medio como remedio al surrealista argumento. De esta manera nos evitamos
críticas de falta de rigor en los concretos, y podemos hacer las diferentes versiones
sin faltar al respeto. Cómo se entendería de otro modo el doble enredo policíaco y porno por otro, si es
solamente en la mente de Jess donde las películas, sus películas, se montan y
remontan por si solas, donde sus películas son elementos que se construyen y
reconstruyen en un eterno.