viernes, 20 de noviembre de 2009

Al Otro lado del Espejo




‘Al Otro lado del Espejo’ es una película de 83 minutos que Jess Franco escribió y dirigió en 1973 contando en sus papeles principales con la actriz Emma Cohen, en el papel de hija, y el siempre efectivo Howar Vernon, en el papel de padre. En resumen se trata de un drama de terror donde una hija está sometida a su posesivo padre, y cuando intenta volar en busca del amor con proyectos de matrimonio (formal) se ve turbada por el suicidio del padre y al final (más turbada) por ciertas reminiscencias incestuosas de difícil formulación.


Este suicidio que se descubre ‘a través del espejo’ despertará unos oscuros secretos y deseos que provocarán en la protagonista unas tendencias homicidas de horror y muerte sonámbula por la influencia de un perverso espejo. El argumento está en la línea de películas como ‘Reflejos’ (Alexandre Aja 2008) y con corrientes alternas de ‘Alicia a través del Espejo’ de Lewis Carrol que nos deleitó con su maravillosa partida de ajedrez. Aunque quizás la película que mejor la completaría sería sin duda, o con dudas XXX : ‘Through the Looking Glass’ (1976) de Jonas Middleton donde Jamie Gillis en su papel de Demonio y de Padre, padre demoníaco, muestra como los malos pensamientos pueden controlar nuestra mente y hacernos caer en la degeneración de la carne y el sexo, que tan explícitamente se nos muestra descaradamente.


Sobre el significado simbólico de los espejos Cirlot ha dicho: ‘Se trata de un símbolo de la conciencia en su capacidad para reproducir los reflejos del mundo visible en su realidad formal, por ello se ha relacionado el espejo con el pensamiento, en cuanto éste es el órgano de autocontemplación y reflejo del universo.’


Conociendo como conozco a Jess, por su filmografía, no me extrañaría que en su bolsillo aún guardara aquel papel amarillo que decía: ‘El espejo aparece en leyendas y cuentos dotado de carácter mágico, sirviendo para suscitar apariciones, devolviendo las imágenes que aceptara en el pasado o para anular distancias reflejando lo que un día estuvo frente a él y ahora se halla en la lejanía. Entre los primitivos el espejo es un símbolo de multiplicidad del alma y también aparece como puerta por la cual el alma puede disociarse y pasar al ‘Otro Lado’ ’.


Howar Vernon, actor fetiche de Jess, aparece una vez más como protagonista total de la obra, y más allá de los reflejos del espejo despierta congruencias con Vernon Sullivan, un pseudónimo que nos advierte sobre el autor de un libro que se cita en la película y que habla de ‘Libertad’.


Boris Vian nació el 10 de marzo de 1920 en un suburbio de París (Francia), su madre era pianista y padre rentista amante de la poesía. Nació como niño enfermizo, y acabó siendo escritor, ingeniero, periodista, actor, traductor ... y un gran músico de jazz ‘tocando la trompeta’ (si aún sigue la música recuerda ‘Venus in Furs’ 19 69).


Escribió artículos en varias revistas, y poesía, teatro con cuentos, hasta llegar al escándalo cuando en 1946 publicó ‘Que se mueran los feos’ bajo el pseudónimo de Vernon Sullivan. Claro está que con este título nadie se dio por aludido, faltaría más (quién es feo ???), pero su verbo inquieto y descarado, sus visiones surrealistas y su no casarse con nadie (en 1941 contrajo matrimonio con Michelle Lèglise, con quien tuvo dos hijos, Patrick y Carole) le valieron hirientes críticas y su fama de escritor maldito :




‘Recibir un golpe en la cabeza, no es nada. Ser drogado dos veces seguidas en una misma noche, se puede aguantar… Pero salir a tomar el aire y encontrarse en una habitación desconocida con una mujer, ambos como dios nos trajo al mundo, ya se pasa un poco !!’


Causó aún más escándalo la publicación de la novela ‘Escupiré sobre vuestra tumba’, que contiene una rabiosa denuncia del racismo y que fue censurada por su altísimo contenido de violencia con sexo. Entre líneas aparece un Boris Vian violento y pornográfico, que deleita sin miramientos a los morbosos lectores ávidos de contenidos transgresores, que acto todo seguido liberamos :


‘ Ahora estábamos tendidos sobre el costado, mirándonos cara a cara. La empujé con delicadeza, hasta que quedó dándome la espalda, y entonces me acerqué a ella, y ella separó ligeramente sus piernas para abrirme paso.

- Me vas a hacer daño.
- No

No hacía otra cosa que pasear los dedos por sus pechos, de los lados a los pezones, y la sentía vibrar contra mí. Sus nalgas redondas y calientes encajaban perfectamente con la parte alta de mis muslos; su respiración se aceleraba.

- ¿Quieres que apague la luz? – murmuré.
- Me gusta más así – dijo Jean.

Liberé mi mano izquierda de debajo de su cuerpo y le aparté los cabellos de la oreja derecha. Hay mucha gente que ignora lo que se puede hacer a una mujer besándole y mordisqueándole la oreja, es un recurso infalible. Jean se retorcía como una anguila.

Se tumbó boca abajo y escondió la cabeza entre los brazos. La besé en las caderas y en las nalgas, y luego me arrodillé encima de ella.

- Separa las piernas.
- No quiero
- Arrodíllate
- No

Y entonces arqueó las caderas y dobló las rodillas. Mantenía la cabeza entre los brazos, y yo, lentamente, iba cumpliendo mi propósito. Ella no decía palabra, pero yo sentía su vientre subir y bajar, y su respiración que se aceleraba. Sin soltarla, me dejé caer a un lado, y cuando quise ver su cara brotaban lágrimas de sus ojos cerrados, pero me dijo que me quedara.’


Sin duda con Boris Vian descubrimos a un personaje extraordinario, y más aún si cabe por su tragicómica muerte, que sin duda pudo inspirar a Jess en algunas de sus extravagantes ideas, y es que va de cine.


Boris Vian vendió los derechos de su novela ‘Escupiré sobre vuestra tumba’ para una adaptación cinematográfica. Inicialmente estuvo encargado del guión, pero tras diversas peleas con la productora, el director y el guionista, Vian quedó fuera del proyecto. En el estreno de su película tuvo que asistir de incógnito, y cuál fue la sorpresa de todos cuando al final, al abrir de nuevo las luces, se lo encontraron muerto en su butaca. Según parece había fallecido nada más comenzar la proyección por un fallo cardíaco, era el 23 de junio de 1959 y tenía 39 años.


Alguna vez os he hablado de los libros malditos (¿?), como el Necronomicón de Lovecraft, pero más normales, de los que te encuentras en las librerías y al final te traen mala suerte. ‘Escupiré sobre vuestras tumbas’ es uno de ellos. Había disfrutado con todos los libros de Vian hasta que compré este libro, y lo tuve que destruir. Primero le arranqué las tapas, y por capítulos lo hice añicos, con todo ello en una caja de cartón subí a la montaña, y allí en lo alto incineré los restos por la misma razón que la protagonista de ‘Al otro lado del…’ rompe el espejo.