jueves, 25 de agosto de 2011

Furia en el Trópico



‘Bueno les comento de que se trata porque realmente es una película que me gusto bastante, la historia comienza en un prostíbulo de un pueblito donde aparece un guardia borracho que trabaja en una cárcel de mujeres allí cercana y se enamora de una prostituta, Lina Romay.’

 
Director: Jess Franco

Año: 1983

País: España

También llamado ‘Mujeres Acorraladas’ explicitando más si cabe su desarrollo como una tragicomedia WIP, o sea, de Mujeres en una Prisión, siguiendo la estela de la revelación de su proteica ‘99 mujeres’. También hay una versión inspirada en las 69 mujeres que se reeditó con insertos porno dirigida al nuevo mercado de vídeos hardcore que se llamó ‘Orgasmo Perverso’, como un poema de amor en verso.

Como WIP reconocemos los parámetros básicos del género:

- Jóvenes inocentes atrapadas en una prisión. En este caso dos prostitutas que habían perdido la inocencia en un burdo burdel.

- Una sádica carcelera que las tortura sin piedad, cuyo papel higiénico ha perdido el genio de Mercedes McCambridge o de la inigualable Dyanne Thorne en Ilsa

- Un gobernador que se beneficia a las inocentes presas. Aquí sí que hemos de destacar el grandioso talento, en todos los sentidos, del barbudo Ricardo Palacios que borda de bodrio cavernoso su grotesco personaje.

- Las presas se escapan para volver a caer sin excusas en manos de sus carceleros. Pero en este caso son salvadas in extremis por el enamorado sargento que mata a todos los demás.

Terrible mezcla de amores en una prisión del infierno con diálogos delirantes que firma el propio Jess en un guión sin sorpresas que sin ofender puede llegar a aburrir al espectador.

Por destacar indicar que se trata de un ejemplo más de la dura química entre los elementales Lina Romay y Antonio Mayans (Robert Foster), cuyos enlaces iónicos caracterizaron la obra de Jess en aquellos años, y que deberemos volver a nominar en ‘Botas negras , látigo de cuero’ (1982) y ‘Los blues de la Calle Pop’(1983)…

 



jueves, 18 de agosto de 2011

Justine, Justine y Alice Arno



Hay misterios sin resolver y misterios franquianos, como el VerANO en la Playa y ver Culitos en la filmografía de Jess Franco.


Será por esas Visiones que los OjOs Saltones visitaron de nuevo la puesta en escena de la novela más escandalosa de la literatura francesa, por obra y gracia del marqués de Sade: Justine.

El primero en ‘tirar la caña’ fue Jess Franco con su película ‘Justine’ (1968). Prota-Agonizada por Romina Power ha sido calificada por el mismísimo director en su descontento como ‘Romina en Wonderland’, ya que en un momento dado esta actriz en su actuación y estúpida expresión no asumía las perversiones, violaciones y torturas a que era sometida.

Poco después Jess siguió con sus adaptaciones de Sade con la película ‘Eugénie’ (1970), protagonizada por Soledad Miranda, en una de sus memorables actuaciones disertando sobre la frontera entre el bien y el mal, mientras asesinan a una modelo en una sesión fotográfica sadomasoquista. Y la modelo era Alice Arno, y no precisamente en Wonderland.

Será por las sincronías del destino y por la casualidad manifiesta que Claude Pierson encontró en el fondo de uno de sus cajones la foto de Alice Arno que le había dado su hermana Chantal hacía años, y con ella la actriz que había de protagonizar su película ‘Justine’ (1972).

Esta nueva adaptación de la novela es más fiel y degenerada, mostrando los desnudos y sufrimientos de Alice Arno en todas y cada una de sus escenas, hasta la saciedad. Además, en una propuesta arriesgada, intenta mostrar la cara oculta de los textos sadianos, donde el sexo, masturbación y perversión esconden un sentido íntimo, amoral y divertido.

Pero atención, hay una tercera ‘Justine’ y algo más.

En 1975 Jess Franco, después de filmar Exorcisme, Sexorcisme y más tarde El Sádico de Notre Dame (otro misterio para el siguiente post, postdata: te quiero) colaboró con el productor francés Marius Lesouer en los proyectos de ‘Lady Porno’ (1975) y ‘Shining Sex’ (1975) que se rodaron a la vez en Montpelier. Esta práctica del 2x1 o 3x1 es una característica del cine obsesivo, compulsivo y desesperado que siempre ha exhibido Jess, cuyo lema ha sido ‘rodar y rodar…. rodar y rodar’ a ritmo de mariachi mexicano.

Aprovechando el enredo pornosexual también rodó escenas para su propia productora Manacoa y una película llamada ‘Justine, lady Lujuria’ (1975), otrora titulada ‘De Sade’s Juliette’, con la implícita intención de terminar su inconcluso proyecto de ‘Juliette’ que había empezado a rodar con Soledad Miranda después de su ‘Eugénie (De Sade)’ en 1970. En esta ocasión Lina Romay retomaba el ‘Espíritu Soledad’, en soledad de espíritu, para dar con su cuerpo expresión viva de sexualidad delirante.

Al Final esta producción apareció como un harcore firmado por Dave Tough, un pseudónimo que tomó Jess como homenaje a uno de sus músico de jazz, aunque bien muy bien se observa que su interés está más en la expresión del cuerpo que en el propio acto sexual.

La falta de dinero obligó a Jess a vender su película a un productor italiano, que la reeditó en 1979 después de dejarla en manos de Joe D’Amato para supervisarla y remontarla con imágenes de ‘Lady Porno’ y ‘Shining Sex’. Esta película, sin perder su poder fetichista, con una nueva banda sonora, sí se perdió en el sinsentido de la obra original que al final se tituló: ‘Justine’ (1979)

Y ahora viene lo bueno, en los títulos de crédito de esta ‘Justine’ leemos claramente el nombre de Alice Arno, pero no aparece en toda la película (¿?)…. Entonces recordé sus palabras en una entrevista Vista:

‘Puedo decir que siempre he sido Naturista, y toda mi familia también, por ello el desnudo lo tomo libremente. En mi casa no hay tabús y hablamos del desnudo tranquilamente desnudos, de hecho yo ya había posado desnuda con mis compañeros para una revista naturista.

Había hecho pequeños papeles en el cine como figurante. Justine fue puro azar. Mi hermana Chantal había dado una foto mía a Claude hacía años, y él la encontró cuando hacía el casting para la protagonista de su nueva película. Como recompensa mi hermana aparece en la película en el papel de Rosalía.

Cuando leí la novela de Sade me pareció abominable, y pensé que no era posible, no se podía rodar por aquellas escenas de sexo y perversión sadomasoquista. Entonces el director me dijo que sería muy divertido rodar el film.

En el rodaje fue todo más tranquilo, y fue fácil acceder a todas las demandas del director, puesto que las esperas y repeticiones hacían perder la tensión sexual, menos mal.

De todas las escenas la más difícil de rodar fue cuando aparecía de rodillas delante del Conde. Esta actitud me parecía vergonzosa, y era del tipo de cosas que solamente se pueden hacer en la intimidad, aunque ya sé, toda la película muestra intimidades, pero me sentí humillada. Por suerte entre los actores había una cierta complicidad.

Lo que más me cuesta son las escenas de amor con mujeres, no es divertido. El contacto con mujeres es difícil por no saber su reacción, no tengo experiencia lesbiana, pero conforme va y se rueda, entonces se pasa, así que desconecto bastante de la que aparece en la pantalla. Con un Hombre es más fácil, lo tengo más en la mano y puede resultar agradable.

Cuando me encuentro en la cama con otra chica pienso: ¿Qué tengo que hacer? Y entonces aparecen olores que no son agradables o pieles desagradables de tocar. Bueno, conozco los trucos pero nunca es natural.’

De perversión en perversión y tiro porque me TOCA, quizás estas palabras de Alice tras el estreno de su ‘Justine’ aporten LUZ a los Hechos, o quizás deba releer los ‘Hechos de los Apóstoles’ para redimir mi obsesión por los infiernos.


Mientras sigue el Sol, el Verano y el Ver …..




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