viernes, 25 de septiembre de 2009

Erotismo




La película se titula ‘Erotismo’ pero se la conoce mejor por ‘Eugenie (Historia de una perversión)’ y por Katja Bienert, como protagonista principal, junto a una esplendida Lina Romay y la supererótica Mabel Escaño que martiriza con sus pechos de 1980 los OjOs de Tony Skyos (Antonio Rebollo para los amigos).


En 1787 Sade escribió ‘Justine o los infortunios e la virtud’ para contar las desgracias de una joven que eligió el camino de la virtud y que obtiene como recompensa continuas humillaciones en manos de diversos libertinos. Más tarde Sade también escribió la ‘Historia de Juliette, o el vicio ampliamente recompensado’ explicando las experiencias de la hermana de Justine que eligió el camino de la lujuria, o sea, la tendencia hedonista de la vida frente a la tendencia catártica de su hermana,


La tendencia catártica representada por Justine presenta al mundo como un cúmulo de maldad que revienta de pecado, un pecado que debemos expiar en la tierra si se desea la salvación del espíritu. Por otro lado la tendencia hedonista representada por Juliette nos muestra que el reino espiritual se puede alcanzar a través de los sentidos y empleando el sexo como medio de salvación, de tal manera que si adoptamos una vida amoral podemos llegar al éxito, y del éxito a la felicidad con unos pocos ‘polvos’ más.


La historia de Eugenie constituye una evolución de los dos principios anteriores que se entrelazan y combinan según los principios básicos del Universo que determinan ‘El Cambio’. Así Eugenie va de Justine a Juliette en una perversa transformación que Sade relata en su libro de 1795 ‘La filosofía en el tocador’. En este libro se explica como Eugenie fue una inocente adolescente que Dolmance y la Condesa educaron hasta la corrupción, y que caída entre los degenerados electrones llega a ser canalla hasta entrar en contradicción con el significado de su propio nombre, que significa ‘la bien nacida’.


Con esta película se completan las tres formas finas femeninas: Eugenie, Justine y Lilian , que gracias a Romina Power , Marie Liljedahl, Soledad Miranda, Lina Romay o Katja Bienert tejen el hilo de Ariadna para guiarnos en el laberinto erótico de Jess y Sade.


Además encontramos varias curiosidades: como las figura modeladas en la arena de las victimas del asesino de la isla, la misma isla de ‘La comptesse perverse’ (1974) o ‘She Killed in Ecstasy’ (1971) en donde reconocemos la espléndida mansión en la colina y las escaleras por las que desciende Soledad Miranda a la playa en una escena que podéis contemplar adjunta a estas palabras.


En el aspecto representativo las figuras en la arena se identifican con las victimas y muestran simbólicamente nuestro origen como polvo cósmico que surgió de la explosión de una estrella, por lo que de alguna manera nos podemos llamar ‘hijos de las estrellas’. Estas figuras de arena las podemos contemplar en los títulos de crédito, al principio de la película, y como punto final cuando son destruidas por la violenta acción de Eugenie tras el no menos violento asesinato del depravado que la había violado, significando con este gesto la futilidad de la existencia (o la venganza de la virtud perdida).


También es destacable la localización de la película en el edificio de Ricardo Bofill llamado ‘La Muralla Roja’, que está situado en la Urbanización La Manzanera en Calpe, Alicante. Esta construcción, al igual que el ‘Walden Dos’ de Esplugas de Llobregat, muestra una estética constructivista a partir de una serie de patios comunicados por varias escalinatas que se entrecruzan entre sí, y desde donde se accede a las viviendas. La composición del edificio responde a un plan geométrico de cruz griega que se agrupa de diversas maneras dejando torres de servicio en las intersecciones. En la terraza Bofill dispuso un solarium, sauna y piscina para disfrute de los vecinos y que sirve de excusa para mostrarnos las tiernas carnes de Eugenie. Sin duda un edificio con carácter, que al igual que la mansión de la colina, constituye uno de los paisajes característicos de Jess.


En esta película el papel de Lina Romay es de una esclava llamada Sultana, que se deja humillar como una perra (en su sentido literal) por el amor que siente hacia su amo. También es verdad que con este papel fue fácil provocar un encuentro sexual donde los protagonistas adoptasen esa postura del kamasutra y Sultana pudiera expresar su satisfacción con auténticos aullidos.


Sorprende felizmente las coincidencias entre Sultana y Furia de ‘Tender Flesh’ (1998), dos mujeres que viven en una isla esperando desnudas para satisfacer todos los deseos de sus amos, o de los invitados de sus amos. También aparece un guitarrista que nos recuerda a películas como ‘Gemidos de placer’ (1983) o la más reciente Broken Dolls’ (1999).


Los perversos violadores han de drogar a la inocente victima para satisfacer sus deseos sexuales, un recurso que luego se repetirá con ‘Lilian (la virgen pervertida)’ de 1984, también protagonizada por Katia Bienert y con Antonio Mayans y Lina Romay. Es cuando Eugenie aparece drogada que en la pantalla comienzan a aparecer imágenes de mariposas, ojos y caracoles marinos, paisajes y sensaciones genuinamente surrealistas que reflejan la presión sexual a que se somete la protagonista.


En cualquier caso el origen y cabecera de este post está en la imagen que aparece de pronto en esta escena, una imagen que dura apenas 1 segundo, no más de 15 fotogramas, y que resulta ser un cuadro de Salvador Dalí.


‘El Sueño’ se llama, y es un cuadro que pintó Dalí en 1937, un cuadro que aparece tras los OjOs, un ojo, otro ojo, ojos que se repiten obsesivamente, y una cremallera que se abre, y más OjOs, y unas manos que separan los muslos de la joven en busca de su sexo ávido. Sin duda una reminiscencia efectiva de la secuencia de la primera película de Buñuel y Dalí de 1929, la primera película surrealista (y casi la última): ‘Un chien andalou’ (un perro andaluz).


En la escena de ‘Un chien andalou’ el mismísimo Buñuel está afilando una navaja, y de pronto aparece el ojo de una niña cortado por una hoja de afeitar. Impacto total, imagen total y directa al corazón del espectador, que marca un hito en la historia del cine. Y como para cine no hay otro como Jess no nos podemos extrañar que recree metafóricamente esta escena con sus ojos y su cremallera y por si no quedaba claro dejando como mensaje secreto la imagen final de ‘El Sueño’.


En ‘El Sueño’ aparece la cara blanda de Dalí en su forma más comestible, como el queso Camembert que utilizó para pintar sus relojes de ‘La Persistencia de la Memória’. Se trata de una cara que está sustentada por varias muletas, y para entenderlo podemos leer la interpretación que Dalí hace de todo ello en su autobiografía ‘Vida Secreta’, donde dice:


‘Yo imagine el monstruo del sueño como una pesada cabeza gigante con un cuerpo filiforme mantenido en equilibrio por las muletas de la realidad. Cuando esas muletas se rompen tenemos la sensación de caer de repente al vacío. Es así como nos despertamos sobresaltados, con el corazón agitado por temblores compulsivos, y nos hacemos conscientes de que esa sensación es una reminiscencia de la expulsión del parto.’


Al final de la secuencia el OjO llora. Y más hubiesen llorado los ojos si hubieran visto el ‘Anticristo’ de Lars Von Trier y quizás con esta película hubieran descubierto un nuevo significado sobre el horror del sexo, o el sexo del horror. Más allá de las críticas, o de los muy atrevidos y apasionantes comentarios de James Wallestein en su ‘dimensión fantástica’, no he podido obviar el impacto que la historia y sus imágenes han producido en mi espacio de existencia.


La película nos muestra una pareja sumida en el dolor por la muerte de su pequeño hijo que se cayó por la ventana mientras la pareja hacía el amor. Eros y Thánatos danzando una vez más en las oscuras salas de cine que por momentos se convierten en la cueva de Platón y sus Ideas. El marido, que es psicólogo, trata de ayudar a superar el trauma a su mujer y se van a vivir a una cabaña perdida en el bosque. Allí los elementos fantásticos se enrollarán con los instintos sexuales y asesinos de la mujer para derivar en un final trágico, que me permito silenciar para animar a todos a ver la película.


Sin duda Anticristo también es una forma surrealista y poética de ver el horror.