jueves, 19 de junio de 2008

Cecilia



Dicen que el coleccionismo es la tendencia natural de la persona humana a la agrupación ordenada de objetos según una idea, un valor, una utilidad o una belleza extraña. Dicen también que es una necesidad de ‘’salvar’’ con el alma aquellas cosas de este mundo que de alguna forma le pertenecen.


Quizás así podemos entender como existen tantas colecciones como coleccionistas, y como se llegan a coleccionar las cosas más extrañas. Y que conste que no lo digo por mi mujer que colecciona las bolsitas de azúcar que dan con el café con leche en los bares, y que se queja de todos los rollos de películas que acumulo en la estantería de la habitación, entre los santos y la virgen, unas películas que no se entienden, donde aparecen tetas, culos y monstruos en un caótico y sagrado desorden.


Aunque quizás la persona que lo ha definido mejor haya sido un señor llamado Peter Sjövall que dijo: ‘Te apercibes de que tu interés por un director llamado Jesús Franco se ha convertido en una obsesión. Desprecias la comida con tal de conseguir una oscura edición yugoslava. No hay salvación, te has convertido en un Francomaníaco. Cuando comienzas a contar maravillas sobre las películas de Jess Franco y se las recomiendas a tus amigos, estás absolutamente perdido. ¿Que es aquello que has percibido ahora que no viste antes? La respuesta es mucho más fácil de lo que podrías creer, has reconocido el modelo, has conectado con lo esencial.’


Por todo ello, cuando descubrí el DVD de Cecilia sentí la ‘llamada de Jess’ que desde las estrellas, más allá del umbral, me susurraba en la oscuridad obscenos gritos de terror y perversión, porque la película también se llamaba ‘Aberraciones sexuales de una mujer casada’, y con ese título ya sabía a lo que me exponía: varios días de dormir en la soledad del desván, con los pies fríos, sin la ternura del diablo.


Esta película de 1982 cuenta la historia de una aristócrata que después de ser violada por los amigos de su chofer se convierte en una ninfómana que busca desesperadamente nuevos placeres en juegos sexuales. El problema es que su marido es un hombre serio y convencional que no está muy convencido de las pervertidas proposiciones de su mujer. Para convencerlo Cecilia contará con la colaboración de unos amigos, y de la inevitable naturaleza masculina.


La película se rodó en Sintra, Portugal, en unos parajes señoriales de surreal belleza que ilustran la banda sonora de White y acompañan a unos actores típicamente franquianos: Muriel Montosé, Olivier Mathot, Pierre Taylor, Antonio Mayans y ….. Lina Romay!!!!
Tan surrealista como la sugerente imágen de Cecilia asomándose por la ventana, donde se recrea la obra maestra de Salvador Dalí : 'Muchacha en la ventana', extraordinaria pintura de 1925 que se transformó en una franquiana, por aberrante y pervertida versión, pintura de 1954 titulada 'Joven virgen autosodomizada por los cuernos de su propia castidad'. Esta imagen aparece en una de las carátulas del film e identifica una vez más la pasión surrealista de Jess y su más o menos complicidad, nunca ideológica, con el genio ampurdanés.


En una de las escenas se montan una orgía con la participación de un misterioso personaje protagonizado por Lina Romay y su hijo de 18 años que parece un santón hindú. La escena nos recuerda vagamente las típicas orgías de los años 70 en que los Hippies bañados en LSD estaban de moda. En los extras aparece Jess hablando de las drogas, y como mucha gente famosa, y famosos directores, utilizaban las drogas para expandir su mente. En este contexto Jess había sido tentado, pero él siempre ha dicho que las drogas lo ponen enfermo, que le nublan los pensamientos, y que respeta a todos, pero sólo fuma Malboro (¿x?). Parece ser que lo que de verdad le pone en órbita es el cine, el jazz y por supuesto una actriz que conoció entre ‘tetaterrores’.


La actriz que encarna a la protagonista Cecilia es Muriel Montossé, que nació en París el inolvidable año 1961. Muriel empezó su carrera horroerótica con Jean Rollin y su ‘Fascination’ en 1979 y terminó horróticamente como cantante de discoteca en 1994. Aparte de Cecilia, que es tremenda, el mismo año 1982 también rodó ‘Las orgías inconfesables de Emmanuelle’ repitiendo situaciones perversas como la participación en un espectáculo lésbico, con striptease del 69 incluido, que en Cecilia acaba con el marido humillado regalando bofetadas a la depravada borracha de su mujer.


De largas piernas y pechos insinuantes, la actriz destaca por su sensual cabalgata por la playa en busca de amantes perdidos y ocupa por derecho propio un lugar en los altares de las sirenas de Jess, que han sido muchas: Montserrat Prous, Maria Röhm, Diana Lorys, Kali Hansa, Britt Nichols, Carmen Carrión, María Silva, Mónica Swin, Alice Arno, Anne Libert, Pamela Stanford, Jacqueline Laurent, Katia Bienert, Mabel Escaño, Eva León, Ewa Stromberg, Janine Reynaud, Analía Ivars.


Muchas sirenas, pero solamente dos grandes e indiscutibles musas: Soledad Miranda y Lina Romay (también las más atrevidas Lulú Laverne o Candy Cosnert) . Me pregunto que hubiera pasado si la musa hubiera sido Muriel Montossé ( tb.Vicky Adams, Victoria Adams o María Montez), o quizás la satánica sister Karine Gambier (tb. Brigitte Lanning, Simona Samson o Bárbara Sellers).


Si Muriel hizo cinco películas entre 1980 y 1985 con Jess ( ‘Ópalo de Fuego’, ‘Sexo Caníbal’, ‘Cecilia’, ‘Emmanuelle’ y ‘Juego Sucio en Casablanca’) justo antes la explosiva rubia Gambier habia protagonizado cuatro de 1976 a 1978 ( ‘Satanic Sisters ‘, ‘Women in Cellblock 9’ , ‘Woodoo Passion’ y ‘Cocktail Spécial’ ). El año 1979 marca un mínimo histórico y el cambio de protagonista, una década con dos presencias, dos mujeres que marcan las retinas y rompen rutinas.


Pensar en ello, pensar cómo Karine o Vicky podían haber cambiado por completo la filmografía de Jess. Un ‘special dust’ podría haber engendrado mayores éxitos o mayores monstruos. Nunca lo sabremos.

 

lunes, 9 de junio de 2008

Les Cannibals



El otro día estaba en Pamplona con unos amigos comiendo un ‘chuletón’ poco hecho. No sé si fue la sidra o los retorcidos licores, pero cuando miré a mis amigos devorando aquella carne roja apenas muerta me partí, me partí la caja toráxico de tanto reír. Entre estertores y lágrimas les tuve que explicar que me recordaban a los personajes de una película, ¿os lo podéis creer? , me recordaban a los caníbales de Jess Franco.

Efectivamente, sólo les faltaba pintarse la cara con llamativos colores, como unos payasos, para convertirse en los personajes de ‘Les Cannibals’, una película que rodó Jess en 1980, también conocida como ‘Mondo Cannibal’, producida por Eurociné y protagonizada por Al Cliver, Sabrina Siani, Jerôme Foulon, junto a los habituales Antonio Mayans y Lina Romay , tomando también un papel secundario con poncho el mismísimo Franco.

Como podéis observar, lo que más recuerdo de esa obra de Jess son aquellos estrafalarios caníbales. Creo que Franco se fue a la plaza del pueblo donde rodaba la película para recolectar a sus caníbales, les pintó la cara con estridentes colores y dándose la vuelta, también se partió la caja. Mención aparte tiene una bailadora de flamenco que también contrató para que apareciera en la película y que con los pechos al aire nos muestra una frenética danza ritual indígena que más bien se parece al baile de ‘San Vito’ .

El 7 de febrero de ese año1980 se había estrenado ‘Holocausto Caníbal’, una película de terror italiana dirigida por Ruggero Deodato que fue filmada en la selva amazónica y en la cual se cuenta la historia de un grupo de jóvenes que viajan a la selva para hacer un documental sobre una tribu de caníbales. Al no aparecer los jóvenes después de un tiempo un antropólogo va a la selva a buscarlos, y cuando se encuentra con la tribu de los Yanomamo descubre la cámara y las cintas de la expedición. Desgraciadamente también descubre la terrible evidencia de que uno de los jóvenes fue atravesado por una lanza, decapitado, desmembrado, cocinado y comido, mientras que la chica fue violada y asesinada a golpes. En las últimas imágenes de las cintas recuperadas los cámaras comienzan a correr y caen abatidos por las flechas de los aborígenes.

Las imágenes de ‘Holocausto Caníbal’ eran impactantes, degeneradas y de gran violencia, iniciando de alguna manera el género ‘gore’. Por esta razón la película llegó a ser prohibida en algunos países y causó un gran impacto entre el público. En particular es destacable la terrible escena en que una virgen aborigen es violada por los ‘miembros’ de la expedición, y que en la siguiente secuencia aparece empalada en un tronco mientras dicen que los nativos la habían matado como parte de un oscuro ritual sexual (¿!?).

Jess decidió hacer una ‘película de caníbales’, uniéndose así a la moda de aquellos momentos, pero con su particular mezcla de hígados y sangre (‘sang i fetge’) con unas texturas inquietantes que marcan al espectador desde el primer momento. Nada más empezar la película ya aparecen los caníbales para comerse a la madre de la niña, en una escena atroz, rodada en cámara lenta con primerísimo planos de la víctima y de la carne desgarrada.

Si en ‘Holocausto’ cortan una pierna para entregársela a un grupo de pirañas en el río, en ‘Les Cannibals’ cortan un brazo al protagonista para asarlo y comerlo. El delirio de los caníbales encuentra su punto culminante cuando se abalanzan sobre Lina Romay para arrancarle y comerse sus entrañas mientras ella grita desesperara viendo como se la comen viva en un banquete de sangre y dolor.

El argumento principal de la película trata de unos caníbales que secuestran a una niña, y de la expedición que organiza el padre para rescatarla. Cuando encuentran a la hija secuestrada por los caníbales resulta que se ha convertido en una hermosa mujer y princesa de la tribu. En este sentido la película recrea la historia del niño salvaje que es adoptado por la Selva para convertirse en su líder, dígase Tarzán o Barbarian Goddess .

Ese mismo año 1980 Jess también rodó ‘Sexo Caníbal’ y en la increíble cosecha del 83, donde encontró su máximo al rodar 13 películas, hizo ‘El tesoro de la Diosa Blanca’, donde repetía sin pudor el mismo argumento y una increíble Katja Bienert adoptaba los modos y formas del mítico Tarzán de los monos, con mono macaco y todo. Otras películas relacionadas con aborígenes y culturas tribales son ‘Voodoo Passion’ de 1977 y ‘Macumba Sexual’ de 1983, aunque ambas se alejan del canibalismo para realizar otras investigaciones antropológicas.

‘Les Canibals’ pertenece a aquella categoría de películas que Jess realizó al amparo del éxito de otras películas que han pasado a la historia del cine. En este apartado también podemos apuntar ‘Historia Sexual de O’(1984) , o las secuelas de series televisivas como Dinastía y Falcon Crest que inspiraron a ‘Falo Crest’ (1987) y ‘Phollastía’ (1987).

También en este sentido podemos destacar aquellas películas que pasan a formar parte de una saga memorable, como ‘Las orgías inconfesables de Emmanuelle’(1982), que completa la serie de ‘Emmanuelle’, ‘Emmanuelle la antivirgen’, ‘Goobye Emmanuelle’ y ‘Emmanuelle IV’ (creo que también hay una ‘Emmanuelle Negra’). Asimismo destacaría ‘Ilsa the Wicked Warden’, en la cual aparece la voluptuosa Dyanne Thorne torturando con agujas a Lina Romay, y que completa la serie de tres películas de ILSA: ‘Ilsa la Loba de la SS’ ,’Ilsa la zorra del desierto’ y ‘Ilsa la tigresa de Siberia’.

Y por supuesto las míticas ‘Fu-Manchú y el beso de la muerte’ (1968) y ‘El castillo de Fu-Manchú’(1969) que completan la saga de Fu-Manchú, la creación literaria más popular de Sax Rohmer, cuya adaptación a la pantalla ya se produjo en 1923 mediante un serial titulado ‘The mistery of Dr Fu Manchú’ y varias películas hasta el éxito internacional de ‘El regreso de Fu-Manchú’ (1965) de Don Sharp.

Para poder entender el verdadero sentido de la Emmanuelle, Ilsa y Fu-Manchú de Jess Franco es preciso revisar todas las películas anteriores, entrar en la estela del mito y darse cuenta de cómo Jess realiza la deconstrucción de los personajes para recoger de los procesos históricos y acumulaciones metafóricas sus rasgos más significativos y así poder reelaboradlos y llevarlos a los extremos más perversos y subversivos que caracterizan su obra

En la Internet Movie Database algunos se refieren a ‘Les Cannibals’ con el siguiente epitafio ‘La peor película de caníbales que se ha hecho nunca’. Creo que son unos exagerados, que no reconocen el genio de Jess, que son incapaces de hacer una lectura de las estructuras y se quedan en lo superficial, lo liviano, por si acaso, si visionáis la película recordar: nunca después de cenar !!!.